Cuando el petróleo fue nuestro
César Navarro
La expropiación y nacionalización
de la industria petrolera en marzo de 1938 constituyó una victoria de los
trabajadores y el pueblo mexicanos. El
proceso de unificación y renovación de las luchas de trabajadores y campesinos
constituyó la palanca decisiva para las transformaciones sociales del periodo
cardenista, especialmente en relación con la expropiación petrolera.
EL conflicto entre las
compañías y los trabajadores petroleros entró en una nueva fase en 1936 al
demandar el sindicato la firma de un contrato laboral con las empresas de los
consocios extranjeros que monopolizaban la propiedad y producción petrolera en
territorio mexicano, entre otros, Royal Dutch Schell y Standard Oil Company.
Las empresas rechazaron el
contrato y las exigencias de incremento salarial, mejoramiento de servicios
médicos, alojamiento en los campos petroleros y otras prestaciones que en su
conjunto representaban 26 millones de pesos. Ante la negativa, el sindicato
emplazó a huelga general con el respaldo de los contingentes obreros de la CTM.
Sin embargo, a petición del presidente Cárdenas su estallido se postergó para
intentar un acuerdo entre sindicato y empresas.
En mayo 1937 estalló la
huelga, al tiempo que el sindicato y la dirigencia de la CTM diseñaron una
nueva estrategia para derrotar las acciones de las compañías: entablaron un
conflicto de orden económico ante los tribunales del trabajo para investigar
bienes, recursos, operaciones y estados financieros de las empresas.
Por resolución de la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje se integró una comisión de peritos, cuyos
resultados demostraron que las empresas estaban perfectamente capacitadas para
acceder a las demandas del sindicato, puesto que sus utilidades eran cuantiosas
y muy superiores a las obtenidas en sus países, a los que exportaban la mayor
parte de la producción, en tanto que el petróleo destinado para el mercado
nacional se comercializaba a precios más elevados. Igualmente se demostró que
los salarios y prestaciones eran inferiores a los existentes en otras ramas
industriales.
El conflicto de los
trabajadores petroleros había trascendido de lo laboral a la dimensión de una
lucha nacional y popular por la recuperación del patrimonio del país, los
derechos de los mexicanos, la soberanía e independencia nacional es impulsada y
dirigida centralmente por los trabajadores y sus organizaciones. El primero de
marzo de 1938, la Suprema Corte de Justicia ratificó el laudo laboral, que
significó la derrota definitiva de la impugnación judicial de las compañías,
A mediados de marzo, las
compañías fueron declaradas en rebeldía y los trabajadores dieron por terminada
su relación laboral y suspendieron el trabajo en todos los campos petroleros.
En este conflictivo entorno
social y político se produjo uno de los acontecimientos más trascendentales en
la historia de la nación mexicana. El 18 de marzo el presidente Lázaro Cárdenas
firmó el decreto de expropiación de las compañías petroleras y la consecuente
nacionalización del petróleo. Mientras el general dirigía un mensaje al pueblo
de México, los pozos y las instalaciones de las empresas extranjeras eran
recuperadas por los trabajadores petroleros. Fueron los tiempos cuando el
petróleo fue nuestro y sinónimo de soberanía.
recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2014/03/22/opinion/020a2pol
comentario
Desde el momento en que México entro en el terreno del petroleo se volvió muy importante dentro del mercado debido a que en nuestro país existen muchos yacimientos de petróleo, sin embargo esto también significo ser un país atractivo para empresas de otros países como las estadounidenses quienes al percatarse de la riqueza petrolera que existe en nuestro país no dudaron en instalarse inmediatamente en México.
Esto se volvió en un problema de suma importancia para los mexicanos quienes al ver amenazado sus derechos, soberanía e independencia nacional en resumen su propio bienestar lucharon por obtener lo que querían que era recuperar lo que les pertenecía como mexicanos.
Sin duda alguna la expropiación petrolera que tuvo lugar el 18 de Marzo de 1938 fue trascendental para defender el petroleo mexicano y consolidar nuestra independencia y soberanía, pero por otro lado si damos un vistazo a la actualidad en torno al tema del petróleo nos daremos cuenta que es muy importante, tomar en cuenta que recuperarlo otra vez, como en 1938, seguramente
es una tarea del presente y del futuro